El ser humano es inconforme por naturaleza, siempre deseamos tener las cosas y cuando ya la tenemos nos aburren después de un rato. Siempre me he preguntado si existirá alguna razón que justifique o condene este comportamiento.
Ayer en la noche pensé en lo que comento en las líneas anteriores. Conversando con una amiga llegamos a un punto en el que concordabamos sobre un sentimiento de insatisfacción en nuestras vidas, como si algo nos faltara. Curiosamente no existen motivos fuertes como para experimentar esa sensación, sin embargo, ahi está... muy latente.
Mi forma de ser siempre ha sido un tanto agitada e inconforme. Me gusta descubrir y experimentar cosas nuevas y una vez que termino de encontrarle el gusto a algo, termino diciendome: "¿Y ahora que sigue?". Eso a veces no es bueno porque lleva a niveles de competitividad o ansiedad algo complicados. En el peor de los casos puede llevar a tomar malas decisiones, ya que cuando has logrado estabilizar parte de tu ser y sentir, vez algo nuevo y dejas lo que tienes para buscar eso que te ha deslumbrado y llamado la atención.
Creo que ha llegado un punto en mi vida en el que por primera vez también siento la necesidad de evadir la turbulencia de búsqueda de nuevas cosas. Un fuerte deseo de entrar en un remanso de tranquilidad donde pueda olvidarme de toda esa nubosidad de pensamientos que impiden disfrutar de lo que tengo actualmente en mi vida. ¿Acaso me estaré haciendo viejo?....
martes, 8 de enero de 2008
Pensamientos
Lo pensó
El caminante
a las
6:40
Etiquetas: inconformidad, pensamientos, remanso, tranquilidad, vida
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