Son casi las 3 y la ardilla que habita en mi cerebro se niega a correr. Necesito terminar un nuevo trabajo y no tengo idea de como hacerlo.. cierto, eso no es novedad.
El dia de ayer venía en el metrobús a la altura de insurgentes. Por fortuna habia alcanzado asiento. No recuerdo en que estación se subio unamonjita y otras dos abuelitas, lo unico que recuerdo es que le toque el brazo a una de ellas para indicarle que le cedia mi asiento, cosa que sucedió efectivamente. Pasaron menos de 5 minutos cuando me puse a pensar si habia hecho bien o mal.
Se veia que las señoras eran de dinero, me quedaba claro que en su anciana vida se habian subido al trasnporte publico, porque de entrada no sabia ni sentarse la "che" abuelita (no se si era argentina). Generalmente, cuando le cedes el asiento a alguien, suele decirte.. "Muchas gracias", "que amable", "gracias joven" (o alguna combinacion de estas), pero las ancianitas en cuestion ni siquiera profirieron ninguna de esas palabras, por el contrario, se dignaron en decir... "Ser anciano tiene sus ventajas". Mi mente solo pudo decir: Hazme el chingado favor!
No es que yo esperara agradecimiento alguno, pero si hay algo que ME CAGA, es que existan personas que creen que se merecen las cosas por x o y razón!! Creo que esa imagen rompio mi esquema dela abuelita dulce y tierna que viene en las cajas de cierta marca de chocolates...
Ni modo, hay de todo en la viña del señor.
lunes, 18 de mayo de 2009
Las abuelitas...
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