...Dos años y medio despúes, me senté en la misma banca en la que llegué cargado de ilusiones y sueños. Eran las 4 de la tarde y aún me faltaba media hora para la cita. No podía evitar sentir como los nervios se apoderaban de mi con cada minuto que pasaba.
Temeroso, con cierta inocencia aún, pensaba en cuales eran las palabras que diría en aquella ocasión a mi interlocutor.
Hoy la situación fué distinta. Tal vez ya no conservo aquella inocencia en los ojos, pero a cambio la vida me ha regalado un poco de experiencia....
jueves, 24 de julio de 2008
Experiencia
Lo pensó
El caminante
a las
11:59
Etiquetas: experiencia
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